Acérrimo Terco explicó que, durante su último safari en África, para dar caza a un león muy feroz, tropezó con tan mala fortuna que se rompió un pie. En lugar de abandonar, continuó hasta conseguir matar a su presa. Contó después que, mientras estaba en el Polo Norte, en pleno invierno, cogió un resfriado terrible, pero que siguió persiguiendo a un oso polar hasta darle caza. Terminó de describir sus hazañas, explicando cómo, mientras recorría la costa de Florida en un pequeño bote, mató a un tiburón, a pesar de que se había lastimado un brazo. Aunque todas las historias de Acérrimo son difíciles de creer, ¿en qué punto se sabe que miente?
3 comentarios sobre “222. Los viajes de Acérrimo”
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En invierno en el polo norte es noche permanente, me parece bastante dificil perseguir a un oso polar para cazarlo..
En el polo norte y en invierno la temperatura es tan baja que los virus no pueden sobrevivir al frío, así que no pudo coger un resfriado.
Bueno, no exactamente. Digamos que no hay noche ni día, es una especie de «crepúsculo» constante. Durante medio año seguido (sin noches ni días) hay más sol que durante el otro medio año.
Exacto. En todo caso, el resfriado lo pudo haber traido consigo de otra parte y en su cuerpo mantenerse vivito y coleando, pero no pudo haber cogido el virus en el polo norte en invierno. 😉
¡Enhorabuena!