Un clásico:
Un hombre corre por un pasillo muy iluminado, cargado con una carpeta llena de papeles muy importantes. De repente hay una bajada de tensión. El hombre se detiene y exclama: “Ya es demasiado tarde…”. ¿Por qué?
Un clásico:
Un hombre corre por un pasillo muy iluminado, cargado con una carpeta llena de papeles muy importantes. De repente hay una bajada de tensión. El hombre se detiene y exclama: “Ya es demasiado tarde…”. ¿Por qué?
Un par de chicas iban de paseo juntas charlando. Al cabo de un buen rato una había caminado 6 kilómetros mientras que su amiga había hecho 15. En ningún momento se habían separado, y de hecho, en algunos momentos habían podido escuchar la misma música con el pequeño reproductor de una de ellas. ¿Cómo es posible?
Una señora entra en una tienda y entabla la siguiente conversación con el dependiente:
– ¿Cuánto vale uno? – 6 euros.
– ¿Y tres? – 8 euros.
– Deme quince, por favor. – Muy bien, serán 12 euros.
¿Qué compra la señora?
Un hombre y una mujer van en su coche por las calles de Reponítica. El marido sale del coche y pide a su mujer que le espere un par de minutos. Cuando vuelve, ella ha muerto y hay una tercera persona dentro del coche. ¿Quién es?
Como todo el mundo sabe, el profesor Listillo vive en Londres. Una mañana, tenía que dar una clase en Cambridge, ciudad situada al norte de dicha capital. A primera hora, se dirigió hacia allí con su automóvil. Cuando terminó, Listillo condujo en el mismo sentido que había tomado por la mañana y llegó a su casa, en Londres, antes del anochecer. ¿Cómo es posible?
Ayuda: No condujo marcha atrás…
Acérrimo Terco estaba dando un paseo cuando empezó a llover. No había cogido paraguas y no llevaba sombrero. Su ropa quedó empapada, pero no se le mojó ni un solo pelo de la cabeza. ¿Cómo lo hizo?
Pedrito vio que la línea de llegada estaba cerca y, en un último esfuerzo, adelantó a los demás y consiguió ganar la carrera. Aunque el primer premio eran 50.000 euros y una copa preciosa, nunca le dieron ni una cosa ni otra. ¿Por qué?
Acérrimo Terco miró tristemente por la sucia ventana del piso 26 del edificio de oficinas. Dominado por la depresión, la abrió y saltó a través de ella. Aunque la altura era considerable, llegó al suelo sano y salvo. No había nada que amortiguara el golpe o que hiciera más lenta la caída. ¿Cómo pudo sobrevivir?
Imagina que te encuentras en una habitación con las paredes, el techo y el suelo de hormigón. Del suelo sobresale un tubo de acero de 25 cm de altura. En el fondo del tubo, hay una pelota de ping pong y, entre la pelota y las paredes del tubo, un espacio de apenas un milímetro. Tu propósito es sacar la pelota de ping pong fuera del tubo, sin estropearla, y los únicos objetos que tienes son una regla de madera, un ovillo de cordel, un espejo de bolsillo, un clip y un imán pequeño. Sin utilizar ningún otro objeto que no se halle en la habitación, ¿cómo sacarías la pelota del tubo?
Un clásico del pensamiento lateral, bastante conocido, pero que quizá no recordéis:
Un hombre entra en un bar y el pide al camarero un vaso de agua. Éste extrae una escopeta de debajo de la barra y le apunta a la cara. El hombre le dice «gracias» y se va sonriendo. ¿Por qué?