Hoy hay que pensar un poco, que ya toca 😉
Llega una chica a un bar, se dirige a la barra, se sienta y el camarero saca una pistola inmensa de debajo del mostrador. Al cabo de un momento el camarero guarda la pistola, la chica le pide un vaso de agua, el camarero se lo sirve, se lo toma y se va. Antes de irse, se vuelve y le dice al camarero «Muchas gracias, de verdad». ¿Porqué?
Es más evidente de lo que parece… ¡suerte!