302. El perro del sospechoso

El detective Guardarropa aparcó su coche bajo un árbol, se apeó y se escondió detrás del tronco para espiar la casa del sospechoso. De pronto, un perro con aspecto muy feroz salió de una casa y se le acercó amenazadoramente. Como parecía que en la casa no había nadie y el perro se ponía cada vez más nervioso, el detective decidió volver al coche e irse a la ciudad. Sin embargo, le surgió un pequeño problema: el perro, tirando de su cadena, le seguía de cerca y le impedía acercarse al coche. ¿Cómo pudo Guardarropa entrar en el vehículo sin que el perro le alcanzase?

300. Los tres interruptores

Hoy cumplimos 300 acertijos de existencia. Cada vez queda menos para llegar al año, y es todo gracias a vuestro apoyo y ánimo. Muchas gracias a todos, buena suerte, y ¡hasta el próximo acertijo! Os dejo con un clásico:

En el sótano de un edificio tenemos tres bombillas y en la planta inferior tres interruptores. Cada uno de los interruptores enciende una bombilla. ¿Cómo podemos saber, bajando sólo una vez al sótano, qué interruptor enciende cada bombilla?

298. Tomándome pastillas…

Y hoy un acertijo que nos ha hecho llegar David, ¡muchas gracias! 🙂

Una persona tiene que tomar 2 pastillas diarias. Una A, y una B. Las pastillas son exactamente idénticas en todos los sentidos y no es posible diferenciarlas. Un dia por un accidente se le mezclan dos A y una B. Si se toma dos iguales, se muere, y no puede desperdiciar ninguna pastilla porque son muy caras. ¿Cómo hace para tomar una de cada una?

Os animo a todos a participar enviando vuestras adivinanzas, juegos, acertijos, o lo que queráis, a nuestra dirección de correo: acertijos.org@gmail.com. ¡Muchas gracias!

293. La botella y el anillo

Lamentablemente, llevo unos días un poco ocupado y no puedo actualizar a las horas convenidas, pero ahora tengo un rato y me voy a dedicar a programar suficientes acertijos como para que durante una buena temporada los tengáis recién saliditos del horno a la hora habitual. Cuando pueda repasaré vuestro muchos comentarios en la web. 🙂 ¡Suerte!

Imagina una botella vacía, cerrada con un tapón de corcho. Dentro de la botella un hilo pende del tapón, y del hilo cuelga un anillo. ¿Cómo es posible hacer caer el anillo al fondo de la botella sin tocar el anillo, el corcho, la botella ni el hilo?

290. El asesinato del anciano

El señor Antigüez, un anciano de Reponítica, vivía en una pequeña casa de campo cerca de la ciudad. Puesto que estaba parcialmente discapacitado, le llevaban a casa todo lo que necesitaba. Un jueves, el cartero fue a entregarle el cheque certificado de su pensión y se dio cuenta de que la puerta estaba entornada. Al abrirla, encontró a Antigüez muerto en medio de un charco de sangre seca. Cuando el detective Guardarropa llego, examinó atentamente el escenario del crimen. En el dintel había dos botellas de leche parcialmente vacías, el diario del lunes anterior, un catálogo de una tienda local y algo de correo sin abrir esparcido por el suelo cerca de la puerta. La autopsia confirmó que Antigüez llevaba varios días muerto. ¿Quién pensó Guardarropa que era el culpable?

289. Las joyas de Mentiro Sillo

Mentiro Sillo fue contratado como vigilante de playa, pero su afición al juego le ha llevado a contraer una deuda muy considerable. Cierto día, los gorilas del «Casi No Tebeo» le dieron prisa para que pagase. Mentiro les entregó algunas de sus joyas. Cuando llegó el detective Guardarropa, Sillo explicó que había puesto las joyas en la mesita de noche y que, a la mañana siguiente habían desaparecido y añadió: «Siempre las llevó puestas». «Por suerte», concluyó, «tengo un buen seguro». «La suerte será que no le acusen de fraude», le respondió Guardarropa. ¿En qué se basó el detective para hacerle esa advertencia?

288. Abrillantadores a 2 por 1

Acérrimo Terco era un vendedor a domicilio que ofrecía un extraordinario abrillantador para la carrocería de los automóviles. Acérrimo vendía cada bote a 1,90 euros y el lote de dos a 3,30 euros. Decía siempre que ganaba lo mismo si vendía un bote que si vendía dos y que, si ofrecía dos, era porque tenía prisa por volver a su casa. Si tomamos las palabras de Acérrimo como cieras, ¿a cuánto compra él los botes de abrillantador?