Si tuvieras que invitar a dos amigos al cine, ¿cómo te saldría más a cuenta, invitarlos juntos o por separado?
Archivo por meses: febrero 2009
163. Los platanos de la isla
Hubo un naufragio y José, Pepe y Pepito consiguieron llegar nadando hasta una pequeña isla en medio del océano. Estaban tan agotados que se durmieron inmediatamente. Un poco después José se despertó y vio que las olas habían traído una caja de plátanos. Se comió una tercera parte y se volvió a dormir. Al poco, se despertó Pepe, vio los plátanos y se comió un tercio de los que quedaban. Cuando se despertó Pepito, vio los plátanos y se comió, también, un tercio de los que quedaban. Cuando volvió a dormirse, quedaban ocho plátanos. ¿Cuántos habían llegado inicialmente la isla?
162. Asesinato en la nieve
Otro de asesinos 😉
El detective Guardarropa salió al despuntar el día a pasear por el bosque. Aunque la luz del sol le cegaba, seguía los pasos marcados sobre la nieve por uno de los compañeros de excursión, el fotógrafo Nikón Nisín. Después de un recodo en el camino, lo halló muerto; tenía una flecha clavada en la espalda. Volvió corriendo a la cabaña y encontró a los demás compañeros desayunando. Quedaron consternados al conocer la historia. Staff Ador repetía que no lo podía creer, Ridí Culo recordaba que Nikón le había comentado su idea de ir a fotografiar pájaros de madrugada y Rudy, que contaba sus flechas, informó de que le faltaba una. «Uno de vosotros es el asesino», dijo Guardarropa. ¿Quién cree que ha sido? ¿Por qué?
161. Asesinato en el hospital
Al llegar al hospital, el detective Guardarropa se encontró con que un ocupante de una habitación acababa de morir. El policía Descuidos, que estaba de guardia, le aseguró que nadie había entrado en la habitación desde que, dos horas antes, una enfermera le había tomado la presión y la temperatura. Guardarropa examinó la habitación: lo único extraño que encontró fueron unas hojas de papel arrugado en una papelera, una manzana a medio comer y un paquete de cigarrillos vacío. Al salir le dijo al policía que había mentido: era evidente que alguien había entrado en el cuarto recientemente. ¿Por qué?
160. ¿Suicidio o asesinato?
Guardarropa abrió la puerta y se encontró con una situación sorprendente: en una habitación de 5x5x5 metros, un hombre colgaba de una cuerda. Había agua en el suelo. En una esquina de la habitación estaba instalada una cama; en otra, una mesa con una silla tumbada junto a una ventana. La única puerta de la habitación había sido cerrada por dentro. La distancia entre el suelo y los zapatos del hombre era de dos metros. Parecía un simple suicidio, excepto por el hecho de que los pies del muerto estaban muy lejos del suelo y no había ningún objeto cerca sobre el que subirse. ¿Se trata de un verdadero suicidio? ¿Es un asesinato?
159. Reencuentro en Reponítica
Acérrimo Terco había vuelto a su pueblo natal y, mientras paseaba por la Calle Mayor, se encontró con una vieja amistad. «Hola Acérrimo, ¿cómo te va la vida? ¡Hacía casi 15 años que no nos veíamos!» «Por lo menos», dijo Terco, «no puedo quedarme, ¿y tú? ¿qué ha sido de tu vida?». «Pues muy bien, me he casado con alguien que llegó al pueblo después de irte tú. Mira, ésta es mi hija». Acérrimo miró a la niña y le preguntó cómo se llamaba. «Como mi mamá», dijo la pequeña. «Entonces te llamas Susana», le respondió. ¿Cómo lo supo?
158. El disolvente universal
Cuando el profesor Listillo se puso al teléfono, oyó a un compañero suyo, Embusterillo, contarle su último descubrimiento. «He fabricado un líquido que puede disolver cualquier cosa. ¿Te imaginas la revolución que esto va a suponer en la industria? Como me hace falta capital para iniciar esta empresa, por unos pocos miles de euros te voy a dejar participar en el 40% del negocio». Listillo le contestó: «No hay duda de que tu invento puede ser muy valioso, pero me gustaría hacer algunos experimentos por mi cuenta». «Por supuesto», le respondió Embusterillo, «dentro de unos minutos estaré ahí con medio litro». Listillo le dijo: «Mira, lo he pensado mejor, ya no estoy interesado». ¿Por qué perdió todo interés en un producto tan valioso?
157. La herencia de Don Tanto
Don Tanto Porciento yacía en su lecho de muerte, en el mismo instante en que su esposa iba a dar a luz. El notario estaba junto a la cama cuando Porciento leyó su última voluntad: «Dejo 2/3 de mi fortuna a mi hijo, en caso de que sea varón; y el otro 1/3 a mi esposa. Pero si es niña, 2/3 deben ser para mi esposa y el resto para mi hija.» Inmediatamente, Don Tanto murió y dejó al notario en un aprieto: la señora de Porciento había tenido gemelos, un niño y una niña. ¿Cómo hará para repartir la fortuna de Tanto Porciento de la forma más fiel posible a su voluntad?
156. Marinero de agua dulce
El detective Guardarropa entró en uno de los salones del crucero y escuchó como Mentiro Sillo se jactaba de su proeza: «He sido marinero durante 20 años y nunca había vivido una experiencia como esta. Al salir de la habitación oí disparos y vi a un hombre en la parte delantera del barco con una pistola en la mano, así que me eché al suelo y me cubrí la cabeza. Al cabo de un momento me di cuenta de que tenía la pistola al alcance de la mano. No me lo pensé, la cogí y disparé dos veces, hiriendo en una pierna al asesino. Después de eso me dirigí corriendo a la parte trasera del barco. Allí todo el mundo me felicitaba: había herido al malhechor y me había convertido en héroe por un día». Guardarropa dudaba que alguien se creyera esta historia. ¿Por qué?
155. Las batallas del capitán
El viejo capitán y algunos de sus compañeros estaban contando antiguas historias de guerra. Mentiro Sillo explicaba como su abuelo, al mando de un batallón, lucho contra el enemigo durante una batalla en Francia en 1915. Después de brillantes maniobras y valerosos combates, ganaron una importante posición estratégica. Al poco de terminar la guerra, el mando le regaló un sable con la inscripción: «Al Capitán Sillo por su valor y dotes de mando durante la Primera Guerra Mundial». El más anciano de los asistentes replicó: «Supongo que no pretenderás que nadie se crea esta historia, ¿verdad, Mentiro?». ¿Qué hay de incorrecto en la historia?
154. Pintar la valla
Ridí Culo tarda tres horas en pintar una valla; Rudy Mentario tarda seis en hacer el mismo trabajo. ¿Cuánto tardarán los dos juntos en hacer ese mismo trabajo, si cada uno va a su propio ritmo?
153. La habitación de hotel
Tres amigos alquilaron una habitación en un hotel por 300 euros. Al día siguiente, el director se dio cuenta de que les había cobrado de más y dio al conserje 50 euros para que los devolviese. El conserje les dijo a los clientes: «Como no puedo repartir a partes iguales 50 entre ustedes tres, les devuelvo 10 euros a cada uno y yo me quedo con 20, con lo que ya queda arreglado». Los hombres, que accedieron a la propuesta, pagaron 90 cada uno (270 en total), y el conserje se quedó con 20. El total asciende a 290 euros. ¿Dónde están los 10 que faltan?
152. El caballo asimétrico
Un caballo recorre cierta distancia cada día. Extrañamente, dos de sus patas andan 20 km cada día, y las otras dos, casi 21. Es como si dos de sus patas estuvieran a 1 km de las otras dos. Y eso, por supuesto, no puede ser; se trata de un caballo completamente normal. ¿Cómo es posible?
151. El ángulo aumentado
Don Tanto Porciento, siempre muy escrupuloso, estaba midiendo un ángulo de 14,5º para colgar un nuevo cuadro de su colección a la distancia exacta. Puso encima una lupa que aumenta dos veces el tamaño real de las cosas y lo volvió a medir. ¿Cuánto midió el ángulo la segunda vez?
150. Temperatura exterior
El profesor Listillo estaba en la zona ártica estudiando el cambio climático causado por el «efecto invernadero». Comunicaba los resultados de sus investigaciones a través de una radio de onda corta. Durante una de sus conversaciones, comunicó que la temperatura en el exterior era de -40º. «¿En la escala Celsius o Fahrenheit?», le preguntó el interlocutor. «Ese pequeño detalle no tiene importancia», contestó el profesor. ¿Cómo es posible que un científico de la talla de Listillo trate el asunto con tanta ligereza?